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Einstein se puso de pie y con un gesto de naturalidad me palmeó los hombros. "Graef",
dijo amablemente, "Usted nació rebelde. Le deseo suerte. Hasta luego". Y me dio la mano afectuosamente...
Así contaba Carlos Graef el final de su encuentro con Albert Einstein, en el que conversaron sobre sus respectivas
ideas en Gravitación, en diciembre de 1944.
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